Soprano para boda

La incorporación de una soprano en una boda es una elección que no solo enriquece el evento, sino que también agrega una capa de emoción, sofisticación y distinción que hace que el día sea aún más memorable. La música tiene el poder de transformar cualquier ocasión, y cuando es interpretada por una soprano, la atmósfera de la ceremonia de la boda se eleva a un nivel único. Trabajamos habitualmente con dos sopranos, Cecilia y Anna. Ambas poseen una técnica vocal excepcional, capaz de alcanzar notas agudas con una claridad y pureza que pocos instrumentos o voces pueden igualar. Esto permite que las canciones elegidas para la ocasión se interpreten con una profundidad emocional que resuena en todos los presentes.

Además de la belleza que aporta a la ceremonia, la soprano tiene el don de conectar profundamente con los sentimientos de los novios y los invitados. Las melodías interpretadas por ella no solo suenan hermosas, sino que comunican algo más profundo: amor, esperanza, compromiso y la promesa de un futuro compartido.

Por otro lado, la elección de una soprano también transmite un mensaje de sofisticación y buen gusto. En una boda, cada detalle cuenta, y el arte de la música clásica, especialmente la interpretada por una soprano, refleja un deseo de crear una experiencia única y elegante. La soprano no solo es una artista, sino una pieza clave que contribuye a que el día de la boda sea recordado como un evento excepcional y atemporal.

Cecilia Fidalgo

Cecilia Fidalgo

Soprano

Soprano especialista en música para bodas y funerales. Licenciada en Pedagogía del Lenguaje Musical en el Conservatorio Superior de Música de Atocha. Cursa estudios de canto en la Escuela Superior de Canto de Madrid.

Su interés por la música coral, le lleva a realizar prácticas de dirección con su maestro, el Catedrático de Coro, Don Adrián Cobo, en el Coro de la UNED de Madrid.

Anna Mishchenko

Anna Mishchenko

Soprano

Soprano especialista en música para bodas y funerales. En su ciudad natal, Dnipro, Ucrania, Anna organizó y participó en conciertos de música clásica y barroca de forma regular desde 2017 hasta 2022 con músicos del Teatro de Ópera y Ballet de Dnipro y la Academia de Música Glinka. Ha actuado en algunos de los mejores escenarios de Europa y EE.UU.

Desde mayo de 2022 es cantante de coro en Intermezzo Promusic, para el Teatro Real de Madrid.

Hay momentos de la boda en los que nuestras sopranos no puede intervenir debido a que el oficiante y/o los novios están hablando. Aquellos en los que sí pueden cantar son los siguientes:

Entrada del novio en la iglesia

La música para este momento es opcional,  ya que hay novios que prefieren pasar con la madrina de una forma discreta, y otros por el contrario, quieren música para darle un carácter más ceremonial al enlace. En caso de que decidáis que haya música, para que quede perfecto es conveniente que haya coordinación entre la entrada del novio y de la novia, ya que si ésta se demora mucho, los invitados comenzarían a hablar y se rompería la tensión necesaria. En esta fase recomendamos que no intervenga la soprano, de manera que la música sea instrumental.

Llegada de la novia a la ceremonia de la boda

Sin duda, la música para la entrada de la novia es uno de los momentos que más expectación despierta.

En ocasiones, las bodas comienzan con una entrada triunfal de la novia, y una soprano puede acompañar ese momento con una canción que refleje la majestuosidad del evento, como una pieza clásica o una obra sacra. La intensidad de su voz puede llenar el espacio, brindando una sensación de que la celebración está ocurriendo en un lugar especial, rodeado de belleza y significado. Esta capacidad de la soprano para llenar un espacio con su presencia vocal es una de las razones por las que su participación en una boda es tan apreciada. Para esta fase recomendamos:

  • Laschia ch´io pianga, de la ópera Rinaldo, de G.F. Händel.
  • Coral de la Cantata 147, de J.S. Bach.

Tras lecturas (aleluya cantado por nuestra soprano)

Es habitual que familiares de los novios realicen una lectura del Evangelio y un salmo. En ocasiones tiene lugar una segunda lectura. Una de las más habituales suele ser la carta de San Pablo a los Corintios sobre el amor

Tras estas lecturas interpretamos un Aleluya. Este canto puede realizarse durante todo el año, salvo en tiempo de Cuaresma, en el que se omite desde el Miércoles de Ceniza hasta el Sábado Santo.  Las mejores opciones para este momento son:

  • Aleluya de El Mesías, de G.F. Händel
  • Hallelujah, de Leonard Cohen
  • Benedicat Vobis, de G.F. Händel
  • Coral de la Cantata 147, «Jesús, alegría de los hombres», de J.S. Bach

Ofertorio

Al finalizar las peticiones comienza el ofertorio. La opción más adecuada es interpretar un Ave María, y nuestras sopranos lo hacen estupendamente. Cualquiera de éstos es una opción preciosa:

  • Ave María, de Schubert
  • Ave María, de Bach-Gounod

Santo

Las versiones en castellano de los Santos de Aragüés y Palazón son muy buenas, aunque también queda perfecta la de Schubert.

Paz

Cuando el sacerdote invita a los asistentes a darse la Paz, una música potente y alegre realzará aún más este gesto de reconciliación y humanidad. Obras muy adecuadas para ser cantadas por una soprano en esta fase son:

  • Dona nobis pacem, de W.A. Mozart
  • Canticorum Iubilo, de G.F. Händel
  • Benedicat Vobis, de G.F. Händel

Comunión

Dependiendo del número de asistentes a la misa y del ritmo que marque el cura, durante la comunión podemos interpretar una o dos obras:

  • Ave verum, de W.A. Mozart
  • Panis angelicus, de C. Franck
  • Laschia ch´io pianga, de G.F. Händel

Firmas y fotos

Conviene que la música sea alegre y potente. Debido al ruido ambiental que se genera, no es interesante que la soprano intervenga; mejor que sea música instrumental.

Salida

Lo habitual es que todos los invitados se encuentren fuera de la iglesia, por lo que solo disfrutaréis de la música novios y padrinos. Obras estupendas para clausurar vuestra ceremonia es Time to say goodbye, de A. Bocelli, o bien, Barcarola, de Offenbach.

En resumen, una soprano no es solo un componente musical más en la boda, sino una presencia que aporta emoción, elegancia y belleza en su forma más pura. La música cantada por una soprano tiene el poder de tocar los corazones de los novios y los invitados, transformando la ceremonia en una celebración llena de significado y emoción. Sin duda, la elección de una soprano puede ser el detalle que convierta una boda común en una experiencia extraordinaria.

Si tienes dudas acerca de las fases de las que consta una ceremonia religiosa con misa, puedes informarte en nuestro artículo.

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